Leyenda de
Bach
El arte es uno de los temas indescriptiblemente difíciles de
explicar, abarca valores como la belleza y la autenticidad humana reflejada en
productos que a bien hacer pueden llamar la atención de espectadores. Federico
el grande el rey de Prusia, quien subió al trono en 1740 no solo fue un hombre
político además intelectual y espiritual, de tal manera que despertó en
su alma el más admirante amor y la pasión por el arte: la música, la esencia de
las matemáticas y la disfrazada realidad en imágenes.
Enunció
autores, quienes para su majestad eran los más fantásticos artistas en su
materia. Golden – matemático, Escher- pintor y Bach – excelente músico.
Escribió en muchos de sus diálogos con una impresión artificial, exponía cierta
idea cuando en realidad se refería a otra, desarrollo, autoreferencia, se
refería a sí mismo y quería hacernos creer que era otro.
Bach, músico clásico, ante Federico el grande, sobrepasaba las
capacidades humanas, casi sobrenaturales, especialmente fue la sinfonía “fuga”
la creadora de admiraciones y de aplausos. La ofrenda musical que contiene
muchas cosas que piden indagación y música. Pero la fuga para Bach tenía un
nombre primario ricercare considerado como la composición musical precursora
directa de la fuga. Porque no se trataba de notas creadas para seguirlas al
punto tal, sino el maravilloso talento de improvisar, averiguar, buscar claves
o modos en que se desarrollará la pieza subsiguiente.
Hay
quienes consideran la famosísima idea de Bach como producto de los elogios del
rey, aunque debe ante todo exaltarse la magnificencia manera de tocar sus
instrumentos.
Su música favorita es la clásica y su origen adolece al gusto
decente, elegante y clasista de algunos caballeros de la época y por sobre todo
el amor por crear instrumentos. Es el reflejo de la condición humana,
entendiéndose esta como el estado de la persona oyente, y se diversifica en
muchas formas, podría decir que absolutamente nadie tiene el mismo nivel de
intensidad en condición humana que otra persona, aunque las leyes colombianas
lo han querido ver así, para evitar “demasiadas codificaciones, atiborrados de
artículos, en fin” lo han preferido así. En este respecto no hay en
realidad “hombres iguales, simplemente desiguales.
Con todo, existe para Bach una autentica forma de entender su
música, cabe decir que sus melodías, expuestas por las alegóricas ideas de
Federico, pueden desarrollarse de manera simultánea en sus instrumentos, es
decir no solo figura y campo manifiesta la melodía tras su acompañamiento,
además puede realizar melodías simultaneas, porque logra ubicar una voz en los
tiempos y otra voz en los contratiempos, oyendo dos melodías diferentes que se
distancian y a su vez se entrelaza, ¡complejo!
Pero
la complejidad apasionaba a Bach y hasta ahora ha deleitado a muchos oidores y
por sobre todo a Federico el grande, tanto, como para enunciarlo en repetidas
ocasiones en su tomo ya mencionado.
“La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como
quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento
del amor.” Cobain
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